¿Qué es el RFID?
RFID son las siglas de “Radio frequency identification” – Identificación por radiofrecuencia. Se trata de un término genérico que se usa para todas aquellos dispositivos que utilizan las frecuencias de radio para la captación de datos.
Si bien este sistema facilita mucho nuestras vidas y nuestra productividad, desde Ferpiel hemos querido ir un paso más allá, y generar un nuevo producto basado en el bloqueo de radiofrecuencias como medio de protección frente a posibles hurtos y fraudes basados en esta tecnología.
Estos productos con tecnología de bloqueo suelen ser carteras de caballero en piel, tarjeteros, billeteros de señora o bolsos, entre otros. Todos con la misma apariencia y calidad de siempre, pero ahora además blindados de posibles hurtos a distancia.
¿Cuándo empezó la tecnología RFID?
Si aún no estas familiarizado con el mundo RFID, en el siguiente artículo te explicamos con más detalles qué es esta tecnología.
La tecnología RFID no es nada nuevo, ya se venía utilizando desde la década de los 40, aunque es en los últimos tiempos que se viene explotando las virtudes de este sistema de identificación.
Este viejo y nuevo sistema vienen a complementar los conocidos códigos de barra, los cuales tienen algunas desventajas respecto a la tecnología RFID. Por ejemplo, los códigos de barra para reconocer el código necesitan una visión directa de este con el receptor. También tienen una escasa capacidad de almacenamiento de datos y no pueden ser reprogramados. Las etiquetas RFID, por el contrario no necesitan estar frente a frente con el receptor, incluso este último puede hacer lectura de varias etiquetas al mismo tiempo.
Una etiqueta o tag RFID es un pequeño objeto que puede ser colocado en una persona, animal, equipamiento, embalaje o producto. El chips de las etiquetas está hecho de silicio y antenas que le permite responder a las señales de radios que son emitidas por una base transmisora.
Además de las etiquetas pasivas, que responden a las señales que son enviadas por la base transmisora, existen también las etiquetas semipasivas y las activas, que incluyen una batería, que les permite enviar su propia señal. Si bien este tipo de etiquetas son más caras que las etiquetas pasivas.
Una de las aplicaciones más habituales de la tecnología RFID son en la seguridad y alarma, como por ejemplo, en etiquetas anti hurto. También las encontrarás en los chips de las mascotas, tarjetas de créditos, pasaportes, entre otros.
¿Cómo funciona la tecnología RFID?
Un sistema de RFID está formado básicamente por tres componentes, un transponder (tag) o etiqueta RFID que está incorporado en el objeto que va a ser identificado; un lector, que dependiendo de la tecnología que use, podría ser un dispositivo de captura de datos o de captura/transmisión de datos. Y por último, una solución tecnológica que será la encargada de gestionar los datos recibidos.
Cómo funcionan estos tres componentes en conjunto es algo muy simple. El lector envía señales de radio dentro de una distancia concreta, dependiendo del tipo de lector. Cuando éste capta alguna etiqueta RFID en su radio de acción, este lo identifica y lo interpreta según la solución tecnológica que se esté usando.
Estas tres variables son customizadas dependiendo de la función que necesitemos para mejorar nuestros procesos de trabajo.
¿Qué soluciones nos ofrece?
Las soluciones son muchas. A continuación enumeramos algunas posibilidades de uso:
- Documentos mejor gestionados: En algunas oficinas donde se gestiona un gran volumen de documentos físicos, se les incorporan etiquetas RFID para gestionar más eficientemente su registro y movilidad.
- Llaves inteligentes para los vehículos: Ahora existen llaves que solo con acercarte a la puerta del vehículo se te abre la puerta. Además solo puedes encender el vehículo si el lector RFID del coche detecta que la llave se encuentra dentro del vehículo.
- Control más eficiente de los pacientes: En los hospitales los pacientes llevan unas tarjetas de identificación que permite a los médicos acceder al tratamiento, progreso del paciente, información sobre sus gustos y preferencias de este.
- Cuidado de los niños: En algunos colegios americanos se incorporaron etiquetas RFID en las mochilas o pulseras en los niños para poder identificar si se subieron al autobús o si están dentro de la escuela.
- Marketing personalizado: Algunas librerías o tiendas de música incorporan etiquetas RFID en sus artículos para que cuando un cliente coja algún producto le aparezca en una pantalla cercana información sobre el producto que tiene en sus manos.
- Tarjetas contactless: Este es una de las aplicaciones más conocidas. Ahora solo necesitas pasar la tarjeta de crédito cerca del TPV para realizar tu pago cómodamente.
- Control eficiente de los almacenes: Con todos los productos monitorizados con RFID puedes saber fácilmente y sin fallos de contaje, cuales son las mercancías que dispones en tu almacén.
Concluyendo, la tecnología RFID nos trae muchas posibilidades de usos y beneficios. Desde Ferpiel, lo que ofrecemos es un poco de más seguridad a nuestro día a día. Nuestro sistema ISW (Iron Security Wallet) es precisamente un muro que colocamos en tu cartera para que el lector que emite las señales de radio no pueda detectar tus tarjetas. De esta forma el riesgo de robo de información, o de robo de dinero de nuestras tarjetas contactless se reduce a cero, pues no habrá posibilidad de conexión con la etiqueta RFID de nuestra tarjetas mientras la guardes en una cartera con protección RFID.